Título.
Instituciones de salud y reglamentos de higiene, elementos vitales para el desarrollo científico mexicano, clave del proyecto de nación del régimen Porfirista.
Objetivo.
En el Porfiriato había un proyecto de nación, era necesario atender las necesidades sanitarias de la sociedad, pero se especula si el objetivo era la limpieza de la capital o una verdadera preocupación en la salud de los gobernados. Las enfermedades mermaban el trabajo y la producción, generaban una imagen inhóspita de las ciudades y afectaba el comercio exterior.
La ciencia jugó un lugar importante durante este periodo (1876 -1910), México se involucró en concursos científicos internacionales y nacionales, acudió a convenciones donde se exponían las nuevas tesis, estadounidenses y europeas. Las nuevas ideas permitieron la reestructuración o creación de instituciones de salud y medidas profilácticas.
Una de las características principales del periodo porfirista es la gran inversión extranjera en el país, por tanto debía venderse la imagen de ciudad moderna preparada para epidemias. Los lugares públicos debían estar limpios, libres de personas enfermas pidiendo limosna y ebrios, también el alcoholismo fue una de las enfermedades que debilitaba el bienestar comunal. De esta forma, el gobierno tenía la responsabilidad de mostrar un ambiente benéfico para los negocios extranjeros, así que se crearon instituciones de atención a pacientes e investigación médica.
Este estudio pretende mostrar las prácticas de salud e higiene que eran impuestas a los habitantes, así como la implementación de institutos, especialmente en la Ciudad de México y consejos que salvaguardaban las medidas de sanitización. Estas acciones van de la mano con el impulso científico que se dio en el Porfiriato.
Si bien, la temática ha sido abordada por diversos autores, considero que es necesario prestar atención a la historia de la ciencia en México, ya que nos puede brindar información sobre aspectos políticos, culturales y sociales.
Cómo ha sido abordada la temática.
Una de las obras importantes para el estudio del Porfiriato es la obra del historiador Daniel Cosío Villegas, Historia Moderna de México. En el tomo IV, hay un capítulo referente a la “Morbilidad”, que es la cantidad de personas que enferman o mueren en un lugar determinado, muestra un Catálogo de enfermedades en el que se exponen las patologías que ponían en jaque la estabilidad comunal y marcaban la decadencia del estado mexicano.
En el texto se exponen enfermedades como paludismo, tuberculosis, tifoidea, viruela, entre otras, se muestran índices de mortandad y regiones de incidencia. Cosío Villegas expone su metodología para obtener dichos datos (duros) “El cálculo se hace multiplicando por 1,000 el número de defunciones de menores de un año, causadas por la enfermedad de que se trate en un año dado, y dividiendo luego el resultado entre el número de nacidos vivos de ese mismo años”[1].
Hay referencias hacia las instituciones como: la Academia de Medicina, Instituto Patológico Nacional y el Consejo Superior de Salubridad. Para la investigación es importante la mención a los concursos de investigación científica con el fin de encontrar el origen y la inmunización de algunas enfermedades que aquejaban a la sociedad. La asistencia de médicos mexicanos es prueba de la atención del gobierno federal hacia el saber. Destaco:
El gobierno destinó 80,000 pesos para combatir la epidemia, y al agotarse la cantidad extraordinaria se prosiguió la campaña con los recursos propios de cada dependencia. Por su parte, el Instituto Patológico Nacional estableció tres premios: dos de 20,000 pesos para las personas que descubrieran el origen y la inmunización del tifo, y uno de 10,000 para sus auxiliares cosa que da una idea del temor que despertaba esta enfermedad entre los habitantes de la Capital. [2]
En el capítulo no hay referencias al pie de página de las fuentes consultadas, por tanto se puede reflexionar sobre la credibilidad de la investigación, sólo hay citas de diarios, como El Imparcial y Siglo XIX. Podemos utilizar la obra de Cosío Villegas, pero es necesario confrontarla con otra fuente.
Claudia Agostini, se ha dedicado al estudio de la ciencia en México, en especial el área de Medicina de finales del siglo XIX e inicios del XX. Sus obras son diversas, realiza investigación sobre patologías, instituciones, médicos y parteras.
Argumenta que la sanitización de la sociedad y su ámbito va de la mano con la urbanización, cuidado de la salud pública y legislación, de esta forma es explícito un proyecto de nación. El sector de los profesionales de la medicina estaba relacionado con el poder político, siendo indispensable su participación en “la planeación, construcción y supervisión de grandes obras de infraestructura sanitaria como, por ejemplo, el desagüe del valle y de la ciudad de México; la redacción y emisión del primer Código Sanitario de los Estados Unidos Mexicanos (1889)”[3]
En “El arte de curar: Deberes y prácticas médicas porfirianas” se realiza un análisis de la consolidación de la profesión médica durante este periodo, y se reconocen los estatutos de su ética y profesión. Lo cual nos lleva a considerar que se estaba construyendo la concepción de la Medicina como ciencia y por tanto cambiaba la perspectiva de los nosocomios, dejando de ser sólo un lugar para la recuperación o el buen morir, sino una institución con nuevas tecnologías, sinónimo del progreso porfiriano y con el fin de beneficiar la salud pública y consolidarse como un Estado Moderno.
A diferencia de Daniel Cosío Villegas las fuentes que Claudia Agostini consulta son citadas en su trabajo, confronta a los autores y utiliza textos contemporáneos y de primera mano, así como novelas de la época, como es el caso de Pacotillas del doctor Porfirio Parra. Los dos autores recurren a las fuentes hemerográficas, Cosío a El Siglo XIX y El Imparcial, Agostini a El Hijo del Ahuizote.
Para el historiador Antonio Santoyo el estudio del proceso de institucionalización en el Porfiriato radica en iniciativas de adquisición que el Ministerio de Gobernación realizaba para equipar asilos y hospitales. Señala:
El Ministerio de Gobernación, encargado de los asilos y hospitales de la capital, llevó a cabo en los primeros años ochenta una evaluación sistemática – aunque con deficiencias de planeación, claridad y homogenización de criterios y con relativa improvisación – de los avances realizados en otros países, a través de funcionarios diplomáticos y enviados especiales. Ellos transmitieron desde Alemania, Francia, España y Estados Unidos, a partir de 1882, información muy detallada referente al equipamiento y organización de hospitales públicos, privados o en manos del clero.[4]
El párrafo citado expone un proyecto nacional el cual busca el progreso tecnológico de los nosocomios y una política abierta a las propuestas extranjeras, ya que distintas empresas europeas ofrecieron importar equipo médico y tecnología.
La investigación de Antonio Santoyo parte de elementos como las prendas, lavado de la ropa hospitalaria y material quirúrgico para poder explicar la ambición del régimen para poder consolidarse como un Estado Moderno, de acuerdo con sus nuevas instalaciones. No se quería depender de empresas exteriores para adquirir los muebles necesarios para los sanatorios, el autor explica que se instauraron talleres nacionales que se dedicaban a la fabricación de instrumentos quirúrgicos, mobiliario de hospitales y enseres terapéuticos. Los talleres estuvieron bajo la organización y enseñanzas de la familia Toussaint, extranjeros.
Este texto cuenta con pocas fuentes para su investigación, tal vez dependa de la temática innovadora, y la metodología, porque a partir de objetos se puede explicar el avance científico e institucional de las prácticas a favor de la salud de la sociedad mexicana.
Natalia Priego, historiadora realizó un artículo sobre la discusión científica acerca del origen de la tifoidea, titulado como “El piojo inocente o culpable? Una controversia científica en el Porfiriato”. En primera instancia ilustra la creación de instituciones durante el gobierno de Díaz y el impulso científico, como: concursos de investigación médica y congresos a los que asistió una delegación mexicana de científicos.
Dar importancia a los avances de la ciencia y poder establecer relaciones intelectuales con otros países era objetivo de Díaz. Priego señala que: “[…] abriría la posibilidad de dar al país una apariencia de civilidad ante el resto del mundo. Para Díaz la ciencia y su desarrollo harían posible la inserción de México en el grupo de países modernos, con la vista puesta en Europa, específicamente en Francia.”[5]
La autora sólo nos muestra el nombre de la nuevas instituciones y el año de inauguración, destaca: el Instituto Médico Nacional en 1888, Instituto Patológico en 1896 y el Instituto Bacteriológico Nacional en 1905, hace mención del Museo Anatomo – Patológico dirigido por el doctor Rafael Lavista.
La temática central del artículo radica en la discusión de la bacteria causante del a fiebre tifo, Porfirio Díaz, pidió a la Secretaría de Instrucción Pública lanzara una convocatoria para establecer las determinantes de la patología mencionada. Dicho debate se llevó a cabo entre dos institutos mexicanos, el Patológico y Bacteriológico.
Una de las fuentes utilizadas por Priego es la tesis del médico francés Charles Nicolle quien establecía que el animal causante de la enfermedad era el piojo, por tanto se confrontan los argumentos de los científicos mexicanos con los Nicolle.
Podemos concluir que una constante de los cuatro autores es considerar la promoción de la investigación científica como el camino hacia el modernismo mexicano, así como carta de presentación para el extranjero. Hay variedad en las herramientas documentales, por ejemplos periódicos de la época y textos de Eduardo Liceaga, médico reconocido durante el régimen, así como artículos contemporáneos a Agostini, Santoyo y Priego.
Hay una diferencia en los textos, el primero busca ofrecer un panorama de las enfermedades, el segundo realiza una disertación sobre la profesión médica, el tercero sobre el equipo de sanatorios y finalmente el cuarto sobre una discusión científica entorno a la fiebre tifo.
Considero que hay una diversidad en las fuentes, de tal forma que es necesario partir de la idea de creación de instituciones y reglamentos de higiene como un proyecto de nación, pero con el fin de beneficiar a la salud pública, no sólo de una élite. Sí, los médicos formaban un gremio relacionado con la política y clases altas, pero también eran empleados en hospitales y asilos de beneficencia.
Metodología.
Considero como propuesta metodológica para una investigación que involucra a la ciencia como tópico principal la Estructura de las Revoluciones científicas[6] de Thomas Khun. Se propone el estudio de la transición de ciencia normal a ciencia extraordinaria, proceso que rompe o desarrolla conocimientos.
La ciencia normal es una actividad o conjunto de saberes que cumplen con éxito sus funciones en el devenir humano, ya sea en la física, química o medicina. La llegada de situaciones novedosas que pone en crisis los paradigmas científicos lleva a los estudiosos a formular nuevas teorías.
No en todos los casos los paradigmas tienen que ser revocados, sino se puede trabajar a partir de la tesis establecida, poniéndose en juicio la existencia de una revolución científica y así la transición de ciencia normal a extraordinaria. Dentro de este proceso podemos discernir cuatro etapas para apoyar o refutar nuestra hipótesis:
1. Reconocimiento de las anomalías.
2. Desarrollo de grupos de ideas alternativos.
3. Identificación de escuelas de pensamiento.
4. Dominación de las nuevas ideas.
Hipótesis: ¿Durante el Porfiriato (1876 – 1910) se llegó a una revolución científica o se trabajó sobre los paradigmas (entendiendo éste término como las instituciones científicas del siglo XIX)? El objetivo es que la explicación esté en relación con la salud pública, no sólo en beneficio de las clases altas.
De acuerdo con este esquema podemos realizar un posible capitulado de nuestro proyecto de investigación.
Reconocimiento de las anomalías: Patologías y epidemias imperantes en la sociedad mexicana de finales del siglo XIX e inicios del XX.
Desarrollo de grupos de ideas alternativas: Congresos de Médicos mexicanos y concursos científicos mexicanos.
Identificación de escuelas de pensamiento: Instituciones de investigación médica y de atención a la salud pública creadas durante el Porfiriato.
Dominación de las nuevas ideas: Prácticas de salud e higiene en materia legislativa: Primer Código Sanitario para el Distrito Federal y Territorios Federales.
Conclusiones. Resultados de la hipótesis.
Balance historiográfico.
Fuentes bibliográficas:
· Agostini, Claudia, “El Arte de curar: Deberes y prácticas médicas porfirianas” en Modernidad, tradición y alteridad: la ciudad de México en el cambio de siglo (XIX-XX), Agostini Claudia y Elisa Speckman, México, UNAM/IIH, 2001, p. 97 – 111.
El texto muestra cuales eran los estatutos de la ética profesional de los médicos, la exigencia del prestigio moral del gremio. Los médicos eran considerados hombres de ciencia, precepto que va de la mano con el positivismo, ideología imperante en la parte final del Porfiriato.
· _______________, Monuments of progress. Modernization and public health in Mexico City, 1876-1910, Calgary, University of Calgary Press/University Press of Colorado/Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2003, 228 páginas.
Nos muestra el panorama de la ciencia médica en el México porfirista, nos ilustra el comportamiento de los médicos, epidemias y objetivos institucionales en materia de salud pública. Aborda las prácticas de higiene que eran necesarias para el control social y el proceso del México decimonónico, al moderno.
· Cházaro, Laura, editora. Medicina, ciencia y sociedad en México, siglo XIX. México, El Colegio de Michoacán, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2002, 335 páginas.
La obra consiste en el reconocimiento de los procesos o métodos de investigación suscitados en el siglo XIX para consolidar la medicina como una ciencia.
· Cosío, Villegas Daniel, “La Morbilidad” en Historia Moderna de México, México, Hermes, 1973, tomo IV, p. 52 – 82.
Se muestra como Catálogo de Enfermedades, patologías con mayor incidencia en el Porfiriato, como: diarrea, enteritis, paludismo, tuberculosis, tifoidea, entre otras. También se expone la creación de instituciones de salud, así como de brigadas sanitarias y concursos científicos. Otra parte del contenido es una disertación sobre el pulque y reglamento para la sanitización de la sociedad.
· Fajardo Ortiz, Guillermo, Et. Al., “Surgimiento y Desarrollo de la Participación Federal en los Servicios de Salud. Una Revolución en el saber y la práctica médica, 1902 – 1910”, Perspectiva histórica de Atención a la Salud en México, 1902 – 2002, México, Organización Panamericana de la Salud / UNAM, 141 páginas.
El texto nos muestra los espacios públicos diseñados para atender los problemas físicos y mentales de la Población: el Hospital General en 1905 y La Castañeda en 1910. También se considera la presencia mexicana en la Convención Sanitaria de Washington y las conclusiones de la misma en el texto: Convención Sanitaria Interna de las Repúblicas Americanas .También plantea la reforma constitucional en materia de salud en 1908.
· García de Alba, Javier, Et. Al., Apuntes historiográficos para la Escuela de Medicina de la Universidad de Guadalajara, México, Universidad de Guadalajara, 1993, 140 páginas.
Es un texto de historia regional, pero su importancia radica en la profesionalización y reforma de la Medicina durante el Porfiritato. Esta lectura puede ser de gran apoyo en el estudio de la ética e imagen de los profesionales de la salud.
· Santoyo, Antonio, “Burócratas y Mercaderes de la Salud. Notas sobre política gubernamental e iniciativas empresariales en torno al equipamiento y los servicios hospitalarios, 1880 – 1910”, en Modernidad, tradición y alteridad: la ciudad de México en el cambio de siglo (XIX-XX), Agostini Claudia y Elisa Speckman, México, UNAM/IIH, 2001, p. 77 – 95.
El artículo es una exposición de las medidas que tenían que ser tomadas en cuenta para organizar hospitales y asilos, en cuestión de muebles, utilería y prendas de los pacientes. Los modelos a seguir eran instituciones de salud en el extranjero, en especial de Francia. Distintas empresas extranjeras ofrecían sus servicios al Ministerio de Gobernación, también se contrataba a empresas locales y empleados de los hospitales para la elaboración de muebles, prendas o instrumentos quirúrgicos.
Fuentes hemerográficas:
· Alanís – Rufino, Mercedes, “Una cuestión de parteras y médicos. Mujeres en el Hospital de Maternidad e Infancia en la Ciudad de México, 1861 – 1905”, en Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de Medicina de la Medicina, vol. 12, núm. 2, p. 63 -68.
El Boletín Mexicano… es una publicación de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de México.
En torno a la atención de las parturientas en el Hospital de Maternidad e Infancia se debatía si debían ser atendidas por médicos o enfermeraa – parteras. En la Escuela de Medicina se estableció una clínica complementaria de Obstetricia con el fin de capacitar a mujeres para ser parteras bajo la reglamentación del 24 de marzo de 1892.
· Agostini, Claudia, “Médicos científicos y Médicos Ilícitos en la Ciudad de México durante el Porfiriato” en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, vol. 19, Martha Beatriz Loyo (editora), México, UNAM/IIH, 1999, 148 páginas.
Se revisan los estatutos que dan legalidad a médicos cirujanos, farmacéuticos y parteras, quienes para ejercer necesitaban un título expedido por la Escuela Nacional de Medicina. Había un Código Penal en el que se establecían las multas a “charlatanes y curanderos” que pretendían ser hombres de ciencia y en realidad eran médicos ilegales. También se hace una relación gremio médico – poder político, por tanto los derechos de los profesionales de la ciencia eran defendidos.
· Orozco Ríos, Ricardo, “Temas médicos y sanitarios en el Porfiriato” en Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de la Medicina, vol. 5, núm. 2, 2002, p. 10 – 14.
En este artículo podemos encontrar las instituciones que surgieron con el inicio del Porfiriato, así como los Congresos médicos en los que participaron científicos mexicanos. Se abordan la postura tomada hacia la epidemia de cólera morbus en Europa, así como las medidas de protección expuestas en el Primer Código Sanitario para el Distrito Federal y Territorios.
· Rodríguez de Romo, Ana Cecilia, “Los médicos como gremio de poder en el Porfiriato”, en Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de la Medicina, vol. 5, núm. 2, 2002, p. 4 – 9.
Es una disertación con tintes ontológicos sobre los médicos, estableciendo que eran un gremio de poder y parte de la comunidad científica positivista. Se aborda el tópico de institutos de salud y profesionalización de la carrera, así como la organización de la medicina tropical en beneficio de las metrópolis que exploraban o dominaban sus colonias en donde imperaba ese clima.
· Sánchez Rosales, Gabino, “El Hospital General de México: Una historia iconográfica, en Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de la Medicina, vol. 5, núm. 1, 2002, p. 16 – 24.
El Hospital General inaugurado en 1905, fue un proyecto con el fin de establecer un ícono del México Moderno y atender las necesidades sanitarias de la sociedad. Este trabajo quiere mostrar la actividad conjunta del doctor Eduardo Liceaga y el ingeniero Roberto Gayol quienes incorporaron elementos científicos en la gran obra. Cabe destacar que este artículo tiene como base de investigación fotografías de la época.
Fuentes electrónicas.
· Priego, Natalia, “El piojo ¿inocente o culpable? Una controversia científica en el Porfiriato, en Horizontes Bragança Paulista, vol. 22, núm. 2, julio - diciembre 2004, p. 233 – 240, en www.saofrancisco.edu.br/edusf/...04/.../hor-11%5B6272%5D.pdf [Mayo 29, 2010].
La importancia del artículo de la revista de la Universidad de Francisco en Portugal radica en la explicación sobre la formación de espacios para la salud, así como el Instituto Médico Nacional, Instituto Patológico, Instituto Bacteriólogo nacional y el Instituto Antirrábico.
La temática central es el concurso científico para conocer el germen de tifoidea y su inmunización.
· Vega y Ortega Baez, Rodrigo Antonio, “La óptica metodista en la divulgación de la medicina científica. El Abogado Cristiano Ilustrado, 1877, 1910, en eä, vol. 1, núm. 2, diciembre 2009, http://www.ea-journal.com/art1.2/Optica-metodista-en-la-divulgacion-de-medicina-El-Abogado-Cristiano-Ilustrado.pdf [Mayo 31, 2010]
El Abogado Cristiano Ilustrado fue una publicación de la Iglesia Metodista Episcopal de México, se divulgó durante el Porfiriato. La temática era exponer los conocimientos médicos de la época, pero unido con sus creencias religiosas. Consideraban que había información de la nueva ciencia la cual era pecaminosa, así que era necesario instruir a los feligreses en el terreno científico. Otro de los propósitos era combatir el tabaquismo, alcoholismo y reforzar las prácticas de higiene.
Archivos.
· Archivo Histórico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
- Consejo Superior de Salubridad.
- Fondo Escuela de Medicina y Alumnos.
- Bandos impresos.
· Archivo Histórico de la Secretaría de Salud. Fondo Salubridad Pública.
- Fondo de Salubridad Pública.
- Fondo de Beneficencia Pública.
- Fondo de Hospitales y Hospicios.
- Bibliohemetoteca del Archivo Histórico.
Contienen títulos, exámenes, autorizaciones, acusaciones, reglamentación, cátedras, Comisiones de vacunación o higienización.
[1] Daniel Cosío Villegas, “La Morbilidad” en Historia Moderna de México, México, Hermes, 1973, tomo IV, p. 56.
[2]Daniel Cosío Villegas, “La Morbilidad” en Historia Moderna de México, México, Hermes, 1973, tomo IV, p. 66.
[3]Claudia Agostini, “El Arte de curar: Deberes y prácticas médicas porfirianas” en Modernidad, tradición y alteridad: la ciudad de México en el cambio de siglo (XIX-XX), Agostini Claudia y Elisa Speckman, México, UNAM/IIH, 2001, p. 99.
[4]Antonio Santoyo, “Burócratas y Mercaderes de la Salud. Notas sobre política gubernamental e iniciativas empresariales en torno al equipamiento y los servicios hospitalarios, 1880 – 1910”, en Modernidad, tradición y alteridad: la ciudad de México en el cambio de siglo (XIX-XX), Agostini Claudia y Elisa Speckman, México, UNAM/IIH, 2001, p. 80.
[5]Natalia Priego, “El piojo ¿inocente o culpable? Una controversia científica en el Porfiriato, en Horizontes Bragança Paulista, vol. 22, núm. 2, julio - diciembre 2004, p.1, en www.saofrancisco.edu.br/edusf/...04/.../hor-11%5B6272%5D.pdf [Mayo 29, 2010].
[6] Thomas S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, México, Fondo de Cultura Económica, 2ª edición, 2004, 351 páginas.
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